La “burbuja de todas las cosas”: crecen voces de alerta sobre tormenta perfecta en varios mercados
A fines de los '90 fueron las acciones tecnológicas. En 2007 fue la deuda hipotecaria en EEUU. ¿Dónde se está inflando ahora la próxima burbuja? Algunos analistas advierten sobre varios estallidos en distintos sectores simultáneamente.
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A fines de los '90, el mundo se entregó por entero al auge de la nueva economía digital. Cualquier idea de negocio, por absurda que fuera, podía recaudar millones de dólares, si se basaba en Internet.
La suiza Think Tools, por ejemplo, se abrió a bolsa con un valor de 270 francos por acción y al final del primer día de transacciones se había disparado a 1.050 francos, un salto de casi 300%, que la llegó a valorizar en US$ 1.475 millones.
El problema era que el producto que ofrecía, una herramienta de software que hacía una vaga promesa de ayudar a las empresas a resolver problemas traduciendo el pensamiento a una representación gráfica, carecía de utilidad práctica real, e incluso de una existencia material concreta.
Todo terminó en 2000 en el estallido de la burbuja "punto com". Cuando los inversionistas finalmente se dieron cuenta, el valor de Think Tool se desplomó y la compañía terminó siendo absorbida por una mínima fracción de su precio.
Siete años después, la especulación se concentró en el mercado inmobiliario de Estados Unidos. Los bancos otorgaban créditos hipotecarios a casi cualquiera que lo solicitara con tan solo una declaración de ingresos, sin la obligación de verificar los datos. La proporción de préstamos a clientes de baja calidad crediticia pasó de 8% a 20% del total, con la mayor parte a tasas de interés variable. Cuando el precio de las viviendas cayó, las tasas se reajustaron y los impagos explotaron.
Hoy, los expertos se enfrentan por descubrir dónde estallará la próxima burbuja, y los candidatos abundan, desde las criptomonedas como las bitcoins, hasta los créditos automotores, pasando por los créditos corporativos, los bonos y los índices accionarios transados como los ETF.
No hay nada barato
Pero lentamente ha comenzado a cobrar fuerza entre los analistas un escenario catastrófico, peor a todo lo visto hasta ahora y que ha sido bautizado como la "everything bubble" o la burbuja de todas las cosas. Según estos pronósticos, la próxima crisis no será provocada por el estallido de una burbuja, sino el de varias al mismo tiempo, como una tormenta perfecta.
"Tenemos una burbuja en todo. No hay nada en los precios de los activos que esté muy bajo", dijo recientemente Marc Faber en una entrevista con CNBC. El economista es un reconocido pesimista, lo que le ha valido el apodo de "Doctor Doom" (Doctor Fatalidad), pero tiene a su favor haber anticipado varias crisis en las últimas décadas.
En pocas palabras, el argumento es que las políticas monetarias expansivas sin precedentes que implementaron los grandes bancos centrales para enfrentar la peor crisis desde la Gran Depresión inundaron al mundo de liquidez, disparando el valor de los activos. Cuando esa liquidez sea reabsorbida, el ajuste provocaría un terremoto en los mercados.
"La deuda global como porcentaje del PIB mundial es entre 30% y 40% mayor que en 2007. Todos nosotros vamos a perder 50% del valor de los activos que tenemos. O los gobiernos lo recuperan a través de impuestos o expropiaciones, o habrá deflación en los precios de los activos".
William Koldus, de Seeking Alpha se hace la misma pregunta en un reciente informe ¿Están todos los activos en una burbuja? "La respuesta corta es no, no todos están en una burbuja, pero la mayoría de las clases de activos tradicionales están bien adentrados en territorio de burbuja", concede.
Aunque más cautelosos en sus diagnósticos, los grandes bancos también han expresado preocupación. En uno de sus últimos informes, Bank of America alertó que los precios de los activos se están volviendo "más burbujeantes" que en anteriores períodos de alzas.
Incluso la propia Reserva Federal, el banco central de EEUU, ha señalado que los precios de los activos se han incrementado de "considerables a elevados".
Alan Greenspan, el ex líder de la Fed al que le tocó presidir durante la burbuja tecnológica, alertó también sobre una nueva ola de especulación en el mercado de bonos. "Si la inflación termina por repuntar con fuerza, pero sin crecimiento económico, los precios de estos activos podrían desplomarse".
Dinero gratis
El último en advertir sobre esta amenaza fue la semana pasada Jarred Dillian, de Mauldin Economics, un controvertido economista apodado el "Doctor House del trading" y exempleado de Lehman Brothers que escribió un best seller con sus memorias sobre el colapso del banco que estuvo en el corazón de la crisis.
Para Dillian, la especulación ha llevado a los inversionistas a tomar posiciones excesivamente arriesgadas en al menos seis sectores: los bienes raíces, las criptomonedas, el crédito (a empresas, a mercados emergentes y a deudores subprime en el sector automotor), y las acciones.
Y dentro de estas últimas, en un grupo particular de acciones denominadas las FAANG que reúne a los gigantes tecnológicos Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google. A esto se suma por último la estrategia de indexación, es decir, los fondos que apuestan a replicar el desempeño de un índice.
En el caso de los bienes raíces, el ex trader de Lehman subraya el aumento de 1.040% en los precios de las viviendas en Canadá desde 2010, mientras que en el las monedas virtuales destaca el alza de 3.600% del ethereum este año.
"Estas divisas están siendo lanzadas a diestra y siniestra en Ofertas Iniciales de Monedas (ICO, por su sigla en inglés). Estas ICO explotan en el primer día de transacciones y todos se vuelven ricos. Dinero gratis", dice Dillian en su reporte. "Cuando la gente está ganando dinero gratis, estamos muy cerca del final. Las ICO se asemejan a la locura de aperturas a bolsa de 1999".
Mientras Naciones Unidas reconoce actualmente 180 monedas de libre circulación, ya existen más de 1.000 criptomonedas.
"No suelo pronosticar crisis, pero esta vez estoy dispuesto a apostar mi reputación a que viene una caída. Y pronto", señala. Su pronóstico es que toda esta especulación terminará terriblemente mal en menos de un año.